A partir del 16 de enero de 2025, las estaciones de carga de vehículos eléctricos en España deberán cumplir con una nueva regulación que busca garantizar la precisión y transparencia en la medición de la energía suministrada. Así lo establece la Orden ITU/1475/2024, que introduce cambios significativos en el control metrológico de las estaciones de carga (ECVE).
Este nuevo marco normativo no solo asegurará que los consumidores paguen exactamente por la electricidad que reciben, sino que también establecerá estándares de calidad y confiabilidad en la infraestructura de recarga.
Un paso hacia la transparencia en la carga de vehículos eléctricos
En un contexto donde la movilidad eléctrica está en plena expansión, la necesidad de una regulación clara se vuelve cada vez más evidente. Hasta ahora, el control sobre la medición del consumo eléctrico en las estaciones de carga era menos estricto que en otros sectores, lo que dejaba margen para discrepancias en la facturación.
Con la nueva normativa, cada kilovatio hora (kWh) suministrado deberá medirse con la mayor precisión posible mediante contadores certificados, garantizando que el usuario pague únicamente por la energía realmente consumida.
Pero eso no es todo. Las estaciones de carga también deberán incorporar una interfaz accesible, donde los usuarios puedan visualizar en tiempo real datos clave como el precio por kWh, la potencia de carga y la tarifa horaria aplicada. Esto permitirá un mayor control sobre el gasto y evitará sorpresas en la factura.
Nuevos requisitos para las estaciones de carga
El Anexo XX de la Orden ITU/1475/2024 establece una serie de obligaciones técnicas para los operadores de carga y fabricantes de estaciones. Entre los aspectos más relevantes se encuentran:
- Medición obligatoria de la energía: Todas las ECVE deberán contar con un contador certificado que garantice la precisión en la medición de la electricidad suministrada.
- Interfaz de información accesible: Los usuarios podrán consultar, en cada estación de carga, detalles como el precio por kWh, la potencia de carga y la tarifa horaria aplicada.
- Evaluación de conformidad: Cada estación de carga deberá ser sometida a un proceso de certificación para verificar que cumple con los estándares exigidos por la normativa.
- Clases de exactitud: Se establecen tres niveles de precisión para las ECVE:
Clase A: Mayor margen de error permitido.
Clase B: Precisión media.
Clase C: Máxima precisión en la medición.
Será responsabilidad de los fabricantes definir la clase de exactitud de sus estaciones, asegurando que el margen de error esté dentro de los límites aceptables.
- Tecnología bidireccional (V2G): La normativa contempla la posibilidad de que los vehículos eléctricos no solo consuman energía, sino que también la devuelvan a la red eléctrica cuando sea necesario. Este avance, conocido como Vehicle-to-Grid (V2G), podría jugar un papel clave en la gestión energética del futuro.
- Verificaciones periódicas: Para garantizar que los sistemas de medición sigan funcionando correctamente, se establece una revisión obligatoria cada 8 años, que deberá ser realizada por un Organismo Autorizado de Verificación Metrológica, como SGS.
- Plazos para la implementación:
Las nuevas estaciones de carga podrán seguir instalándose sin certificación durante los próximos dos años.
Las estaciones ya existentes tendrán un plazo de cuatro años para adaptarse a la normativa.
Cualquier modificación en una estación de carga deberá ser realizada por un reparador autorizado inscrito en el registro de control metrológico.
Un cambio necesario para la movilidad eléctrica
La entrada en vigor de esta regulación supone un paso importante para consolidar la transparencia y confianza en el sector de la movilidad eléctrica. Hasta ahora, los sistemas de medición en las estaciones de carga no estaban sujetos a una supervisión tan estricta como los contadores eléctricos domésticos o industriales, lo que generaba incertidumbre sobre la precisión del cobro.
Esta normativa busca evitar cualquier tipo de irregularidad en la facturación, asegurando que los consumidores reciban un servicio justo y confiable. Además, la incorporación de la tecnología V2G abre la puerta a un nuevo modelo de gestión energética en el que los vehículos eléctricos no solo consuman, sino que también contribuyan a la estabilidad del sistema eléctrico.
Las estaciones de carga de vehículos eléctricos están en el centro de un cambio normativo que busca garantizar precisión, transparencia y seguridad para los consumidores. La nueva regulación metrológica introduce estándares más estrictos en la medición de la energía suministrada, asegurando que cada usuario pague únicamente por lo que realmente consume.
Con la movilidad eléctrica en pleno auge, estas medidas no solo refuerzan la confianza en el sistema, sino que también preparan el camino para un futuro más sostenible e innovador en la gestión de la energía.
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