En el 2018, la exigencia del estándar de emisiones Euro 4 para todas las unidades que cuentan con motores diésel en el mercado peruano redujo los límites establecidos para los gases de combustión generados por dichos motores.
Los gases de combustión del diésel presentan principalmente los siguientes contaminantes: monóxido de carbono, hidrocarburos, material particulado, óxidos de nitrógeno (NOx), entre otros. Las emisiones de los tres primeros se reducen en un sistema combinado de filtros de partículas (DEF) y un catalizador oxidante (DOC).
Sin embargo, los óxidos de nitrógeno deben de pasar por un segundo sistema para ser reducidos: el Sistema de Reducción Catalítica Selectiva (SCR), donde se trasforman en nitrógeno (N2) y agua. Cuando la urea automotriz se inyecta en los gases calientes de combustión ocurre primero la formación de amoníaco (NH3) y después el amoniaco reacciona con el NOx en el SCR para dar como producto N2 y vapor de agua, el cual es liberado al medio ambiente.

La urea automotriz es fundamental para reducir las emisiones de los gases contaminantes generados en la combustión de los vehículos a diésel, por eso es muy importante que las empresas y las personas naturales conozcan cuáles son las características de calidad que debe de cumplir y cómo se debe aplicar. De hecho, existe un estándar, el ISO 22241, que establece directivas a seguir en cuanto a calidad, métodos de prueba, manipulación, transporte y almacenamiento.
Por ejemplo, en la calidad hay parámetros establecidos para contenidos de urea (entre 31.8% y 33.2%), de aldehídos (menor a 5 ppm), de biuret (menor a 0.3%) y de metales (menor a 0.2 ppm y 0.5 ppm), entre otros. Para medir cada uno de estos parámetros hay un método de prueba estándar que se debe seguir. Y en lo que refiere a manipulación, transporte y almacenamiento, el estándar, entre otros aspectos, indica que la temperatura idónea para tales fines es de entre -5 y 30 grados centígrados. Utilizar urea automotriz de mala calidad puede deteriorar el SCR. Sin este, el motor puede bloquearse y dejar de funcionar. De otro lado, muchos usuarios optan por retirar el SCR de la unidad, con lo cual, no solo contaminan el ambiente sino también pueden causar problemas del motor como reducción de la potencia, registrar códigos de error, etc.
En ambos casos, se deberá tomar en cuenta no solo los costos de la reparación del sistema, que oscila entre US$ 3 mil y US$ 5 mil, sino también el costo de oportunidad que representa tener una unidad sin operar el tiempo que tome instalar un nuevo SCR o reparar el dañado.
Es fundamental, entonces, que las empresas y personas naturales, primero, tengan claro que no pueden utilizar cualquier urea sino la urea vehicular; y que esta debe presentar una serie de características. Por eso, una recomendación para ellos es que elijan proveedores que cuenten con la certificación ISO 22241 o, en su defecto, que les permitan tomar una muestra de urea para analizarla y verificar que cumpla con los parámetros citados. Adicionalmente, es importante realizar un mantenimiento periódico del SCR.
En SGS brindamos dos servicios de análisis para el monitoreo de urea. Uno con foco en la calidad y otro con foco en el impacto que genera. Somos referentes en servicios de inspección y análisis de hidrocarburos por más de 25 años, siguiendo los más altos estándares de calidad.