El Programa de Vigilancia Ambiental (PVA) es un componente fundamental en el marco de los estudios de impacto ambiental para la industria acuícola, guiando a las plantas de procesos para un manejo sostenible y responsable en pro de avanzar siempre hacia una mejora continua durante el ciclo de vida del proyecto, considerando que en estas instalaciones industriales se llevan a cabo actividades de transformación, conservación y empaque de productos provenientes de la acuicultura.
Frente a esto, ¿por qué es importante que las plantas de procesos acuícolas cuenten con un PVA? Hoy en día, las empresas no pueden quedarse estancadas en el simple cumplimiento normativo, es importante que cuenten con un plan integral que monitore, controle y mitigue los efectos que se pueden generar al entorno, especialmente en cuerpos de agua y ecosistemas cercanos para la sostenibilidad de la planta. Además, de optimizar su funcionamiento y garantizar una adaptabilidad a los cambios, logrando:
- El cumplimiento de normativas ambientales locales y la reducción de riesgo de sanciones por incumplimientos
- La obtención y renovación de permisos ambientales que garantizan la protección del ecosistema
- El control de residuos y efluentes a través de un monitoreo continuo de la calidad del agua residual descargada, buscando minimizar la contaminación de cuerpos de agua cercanos y asegurar que los residuos sólidos y líquidos son tratados adecuadamente.
- Prevenir la eutrofización de nutrientes en el agua, causado generalmente por exceso de nitrógeno y fósforo, lo que provoca un crecimiento descontrolado de algas y otros organismos acuáticos.
Matias Naour, supervisor de operaciones en SGS Talcahuano, nos detalla el paso a paso para una correcta implementación de un Programa de Vigilancia Ambiental y el acompañamiento a las plantas de proceso como un socio estratégico clave.
“Lo primero es definir los objetivos, evaluando principalmente el o los componentes ambientales que se verán impactados, mediante parámetros físicos, químicos y biológicos del medio, y cuáles serán las normativas que deben cumplir. Teniendo estos indicadores, se continúa con la fase de recopilación de datos en campo con métodos estandarizados para asegurar la calidad de estos y la futura comparabilidad de los datos. Una vez recopilada la información, se debe realizar el análisis para determinar la existencia o no de tendencias y posibles hallazgos. Toda esta información permitirá tomar decisiones sobre posibles acciones correctivas en conjunto de una revisión periódica del programa y así poder gestionar mejoras futuras, ya sea en la gestión de residuos como en temas normativos.”
Este enfoque integral permite a las empresas mantener una relación de confianza con las comunidades y las autoridades regulatorias, además, de prepararlas en el manejo de situaciones de contingencia que puedan surgir en la planta, contando con un personal capacitado para tomar medidas correctivas lo ante posible.
“La frecuencia de revisión y actualización puede variar según diversos factores, pero generalmente se recomienda realizar revisiones periódicas y actualizaciones de manera anual en donde se evalúe el cumplimiento de los objetivos, la efectividad de los indicadores y la adecuación de los métodos de monitoreo de los cuerpos de agua. También, si existieron modificaciones significativas en las operaciones de la planta, como ampliaciones, cambios en procesos o en el uso de materias primas, recomendando revisar el programa”, agrega Naour.
Si bien no existe una normativa que determine la periodicidad para realizar las revisiones y mejoras a los PVA, Matias recomienda tener en cuenta:
- “Si en un monitoreo habitual programado los resultados muestran tendencias preocupantes o no conformidades en los parámetros ambientales, es importante revisar el programa para ajustar las estrategias y acciones.
- Si hubo cambios en la legislación ambiental o normativas aplicables, es importante realizar la revisión para dar fiel cumplimiento a la nueva legislación vigente.
- La incorporación de nuevas tecnologías o métodos de monitoreo a los cuerpos de agua más efectivos también podría justificar una revisión del programa.
- Si ante auditorías externas se realizan hallazgos relevantes, es una justificación para poder realizar una revisión del PVA.
- Si las condiciones ambientales han cambiado de manera drástica en comparación a las iniciales, es una razón de importancia para revisar el programa.”
Cuando se detectan impactos, el cliente debe verificar los niveles excedidos y analizar las causas del incumplimiento. Luego, se informa a las autoridades y se implementan acciones correctivas, como medidas de mitigación, inversiones en tecnología, capacitaciones y actualizaciones en los sistemas de gestión. Se realizan monitoreos adicionales hasta que los impactos desaparezcan, y se revisa el programa de vigilancia ambiental para prevenir futuros problemas.
Por último, este tipo de programas ayuda a las plantas de procesos a implementar buenas prácticas ambientales, promoviendo una cultura de responsabilidad y sostenibilidad, optimizando el uso de recursos naturales de manera respetuosa.
Si tienes dudas sobre la eficiencia de los procesos en tu planta o has identificado algunos inconvenientes en tus residuos, contáctanos. Juntos evaluaremos la situación y diseñaremos un plan a medida que se ajuste a las necesidades específicas de tu empresa.
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