El 3 de julio conmemoramos el Día Internacional Sin Bolsas Plásticas, pero más allá de designar un día en particular, el gran cambio debiese comenzar por volver habitual el uso de productos alternativos que nos inviten a reciclar e incorporar una nueva cultura tanto a nivel industrial como de social.
De acuerdo con las cifras entregadas por Greenpeace, se produjeron 990 mil toneladas de consumo de plástico durante el año 2022 en Chile, reciclando solo el 8%. De este porcentaje, el 1,5% proviene de los hogares chilenos y el 6,5% de industrias, lo que significa que el 92% del plástico es desechado sin otorgarle una segunda vida útil. A esta cifra, se suma lo indicado por el Banco Mundial, donde Chile se posiciona como el segundo país que más produce basura en Latinoamérica.
Actualmente, el país se encuentra tomando varias medias para combatir este tipo de cifras, incorporándose en el año 2019 la Ley N° 21.100, dictando que los supermercados y el retail no pudiesen entregar bolsas plásticas en todo el territorio. Para el caso de las pequeñas y medianas empresas, esta medida comenzó a regir a partir del 3 de agosto de 2020.
Complementario a esto, se encuentra la Ley 20.920, también conocida como Ley de Responsabilidad Extendida del Productor (o Ley REP), mediante la cual se busca que las empresas que fabrican productos prioritarios sean responsables de la gestión de sus residuos derivados. De manera adicional, este punto se encuentra ligado con la Ley 21.361, la cual regula la entrega de plásticos de un solo uso.
Paola Yáñez, Especialista en Economía Circular en SGS, complementa que “la Ley REP instala el marco normativo que fomenta el reciclaje y la responsabilidad del productor sobre la misma. En esta línea define 6 productos prioritarios, entre los que figuran los envases y embalajes, donde encontramos al plástico como un actor relevante a gestionar. La Ley de Plásticos de un sólo uso aborda los envases y embalajes diseñados para ser desechados después de un sólo uso, especialmente los utilizados para el expendio de alimentos y botellas plásticas. Ambas hacen sinergia al buscar transitar en una economía circular de los plásticos que permita reducir y, progresivamente, eliminar los artículos innecesarios del sistema económico.”
Frente a esto, las organizaciones cuentan con una gran responsabilidad en cuanto a la gestión adecuada de sus residuos generados mediante el uso excesivo del plástico. “Hoy este punto debe tener un foco de Economía Circular, incorporando como base la gestión Multi R, lo que implica que los residuos industriales que contienen plástico, destacando a los sectores del retail y alimentos que generan o ponen en el sistema un volumen importante de bolsas por el servicio que entregan de cara al cliente, utilicen alternativas de materiales que busquen reemplazar la bolsa de plástico. En esa línea, el desafío es asegurar que continúe el proceso de gestión que realmente le corresponda y que permita ser reinsertado en los flujos económicos; y eso sigue dependiendo del comportamiento del consumidor y de su nivel de información”, añadió.
Decir “chao al plástico” no es fácil en una cultura que tiene internalizado el uso de este producto en múltiples formas. Hoy la industria gastronómica ya es parte del cambio, eliminando el uso de bolsas plásticas y otros utensilios, al igual que el retail y otras áreas, buscando velar por el cuidado del medio ambiente mediante una utilización responsable de los recursos.
Lo expuesto pone en evidencia lo importante que es que las organizaciones adopten una cultura de sostenibilidad a través del reciclaje, potencian la economía circular. Esto implica el transparentar sus procesos y gestiones internas, lo que cada vez tendrá más importancia a la hora de elegir una organización por sobre la otra, ya sea como proveedor, socio o cliente.
Asimismo, en SGS sabemos lo importante que es guiar a las empresas a adoptar este tipo de medidas, convirtiéndonos en un socio estratégico, ayudándolos en la transparencia de sus acciones y reportabilidad corporativa de la mano de los principios de ESG (Environmental, Social and Corporate Governance).
Pero ¿cómo esto se relaciona con medidas de reciclaje, economía circular y el uso de productos alternativos al plástico? Paola Yáñez indicó que “hoy la reportabilidad y transparencia respecto a las acciones corporativas (ESG) es un desde. En ese sentido, la Ley REP, Ley de Plástico de un solo Uso, Hojas de Ruta y todo el marco actual nos da lineamientos de cómo aportar desde nuestro quehacer a las metas país. Las empresas hoy requieren de diagnósticos y líneas base que incorporen la mirada de la economía circular, para generar desde ahí planes de acción, los cuales puedan ser medidos, reportados, y mejorados en el tiempo. Es clave poder identificar el Pareto del 80%-20% para llevar las acciones a los puntos críticos y así generar impacto; hoy muchas empresas están repletas de acciones, pero no saben a dónde apuntar”.
Estamos contra el tiempo, por lo que es imperativo que tomemos conciencia sobre el uso del plástico de un solo uso, reduciendo nuestro consumo de plástico y promoviendo alternativas más amigables con el medio ambiente para que juntos hagamos posible un mundo mejor, más seguro e interconectado. Juntos, podemos marcar la diferencia y construir un futuro donde la preservación de nuestro planeta sea una prioridad compartida para el beneficio de las generaciones futuras.
Si necesitas ayuda en el área o quieres conocer más de nuestros servicios, no dudes en contactarnos.
Acerca de SGS
Somos SGS, la empresa líder mundial en ensayos, inspección y certificación. Somos reconocidos como el referente mundial en sostenibilidad, calidad e integridad. Nuestro equipo está formado por 97.000 personas que operan en una red de 2.650 oficinas y laboratorios trabajando para hacer posible un mundo mejor, más seguro e interconectado.



