Agricultura sostenible: garantizando la sanidad vegetal y el uso responsable de pesticidas

El Día Internacional de la Sanidad Vegetal hace un llamado a concientizar sobre la importancia de contar con medidas de control y prevención de los cultivos, evitando que sean consumidos por las plagas o enfermedades que resultan perjudiciales para el humano, asegurando así los recursos vegetales. 

Sabemos que, a nivel mundial, más del 40% de los cultivos se ven afectados por dichas plagas y/o enfermedades, siendo una cifra alarmante, ya que las plantas constituyen el 80% de los alimentos que consumimos.

Pabla Nuñez, Business Development Manager del área de Health & Nutrition de SGS en Chile, nos entrega su apreciación al respecto, y declara que el uso de pesticidas ayuda a disminuir este problema. “Es indiscutible que en estas últimas décadas el uso de los pesticidas o plaguicidas han sido una contribución a la agricultura y a la alimentación. Estos productos fitosanitarios contienen compuestos de origen natural, sintético simples o en mezclas y son utilizados como una herramienta indispensable para prevenir, controlar, repeler, combatir o destruir cualquier plaga, maleza o enfermedad que sea de origen animal o vegetal, causados durante la producción, el almacenamiento, el transporte y/o la distribución de éstos. Dependiendo de la plaga que se quiera controlar, los plaguicidas se agrupan en insecticidas, herbicidas, fungicidas, y otros, como rodenticidas y acaricidas. Los productos fitosanitarios evitan que a nivel mundial la producción de frutas y vegetales, forrajes y fibras caigan debido a la acción de diversas plagas. Asimismo, disminuyen los costos para el consumidor final, ayudando a que estos no sean tan elevados, permitiendo el acceso a la mayor parte de la población mundial”. 

Sin embargo, los elementos fitosanitarios deben ser utilizados con responsabilidad, respetando las medidas y normativas establecidas por el Servicio Agrícola Ganadero (SAG), el cual cuenta con una categorización de riesgos de acuerdo con la resolución N° 1.284 del 2021 para alimentos que tienen la capacidad de introducir y/o dispersar plagas en el país. 

Es importante mencionar la gran cantidad de exportaciones que genera Chile en cuanto a hortalizas, lo que refuerza aún más su cumplimiento normativo en el uso de elemento fitosanitarios. De acuerdo con las cifras indicadas por la ODEPA, durante el 2022 el país exportó 522 millones de dólares FOB de hortalizas, dentro de los cuales se encuentran las procesadas (49,5%), semillas (31,6%), congelados (9,2%) y hortalizas frescas (9,7%). A estas cifras, es importante sumar las importaciones de estos productos, que, si bien corresponden a la mitad de las exportaciones, siendo 254,7 millones de dólares CIF, no es un número menor.

Frente a esto, es importante pensar ¿cómo conversa la agricultura sustentable, la inocuidad alimentaria y el uso de pesticidas? Sobre todo considerando que deben ser utilizados con responsabilidad para no dañar la salud de las personas y generar el menor impacto medioambiental posible.

Nuñez nos indica que “es un gran desafío poder producir alimentos sustentables, inocuos, que no dañen el medio ambiente y el bienestar de las personas. Esta nueva realidad implica innovar e implementar nuevas técnicas para la producción agrícola, como lo son la agricultura regenerativa, junto a otras prácticas agrícolas respetuosas, tales como MIP (manejo integrado de plagas), siembra directa, conservación del suelo y agricultura orgánica, que reducen las consecuencias negativas de la actividad agrícola actual. Por otro lado, para poder contrarrestar el impacto ambiental y de salud por el uso de plaguicidas, se deben complementar otra serie de acciones que incorporan el mejoramiento de los sistemas de prevención durante el control de enfermedades, prácticas relacionadas a la agricultura orgánica, la prohibición de productos con ingredientes activos altamente tóxicos, la formulación de agroquímicos en forma pertinente respecto a las dosis, mezclas o elección de productos y, finalmente, el manejo adecuado de residuos tóxicos utilizados”.

Estos temas ponen en discusión los grandes desafíos en los que se deben trabajar en la industria agrícola, más aún con el aumento progresivo de la población, estimándose para 2050 un crecimiento en la producción de un 60% de cultivos para lograr cumplir con la demanda alimentaria a nivel mundial, lo que afectaría la fertilidad del suelo por una sobreexplotación, aumentando la contaminación de los ecosistemas, entre otros problemas irreversibles.

Por otra parte, el nuevo plan de trabajo lanzado el año pasado por el Ministerio de Agricultura busca la regulación y fiscalización 2022-2025 de los distintos productos fitosanitarios con el compromiso de potenciar la seguridad de la salud de las personas, animales y medio ambiente para avanzar hacia una agricultura más sustentable.

Para Pabla, SGS es parte esencial de este camino, ya que guiamos a nuestros clientes a cumplir con todas las normas y regulaciones en un mundo cambiante. “Como socios estratégicos, ayudamos a nuestros clientes a cumplir con las expectativas de los consumidores y los requisitos reglamentarios nacionales e internacionales de calidad, seguridad y sostenibilidad. Contamos con laboratorios equipados con tecnología de punta y una amplia gama analítica para cumplir con los múltiples requerimientos de la industria agrícola-alimentaria, con tiempos de respuestas rápidos, servicios personalizados con profesionales expertos en el área que ayudan a orientar y dar respuesta a diversos problemas que surgen”.

La Sanidad Vegetal cumple un rol importante en el día a día de todas las personas que viven en este planeta, ya que busca avanzar hacia una agricultura sostenible que produzca alimentos seguros, nutritivos y de calidad para la preservación del ser humano en este planeta. En SGS tenemos la capacidad de ser un socio clave en este desafío, ayudando con nuestros servicios y expertos a cumplir con las expectativas de los consumidores y los requisitos reglamentarios de calidad, seguridad y sostenibilidad de los alimentos, haciendo posible un mundo mejor, más seguro e interconectado.

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